Fiebre del oro

El oro es el metal precioso por excelencia y desde la antigüedad está considerado como la moneda de cambio por excelencia, más allá de las monedas fiduciarias que conocemos actualmente. En el entorno actual macro, y con una guerra de divisas desatada entre los diferentes países para devaluar sus respectivas monedas y así conseguir ganar unas décimas de competitividad que no son capaces de ganar por otros caminos, el oro se está conviertiendo para algunos en la única forma de inversión fiable, más que nada porque es un activo tangible. Eso siempre que se invierta en oro físico. Esta teoría tiene partidarios y detractores yo diría que casi por partes iguales habiendo argumentos para todos los gustos. Estamos ante una burbuja del oro? Pregunta de difícil respuesta, pero si que podemos comparar el valor del oro contra otros activos y así intentar calibrar la posible sobrevaloración del metal precioso.


Siguiendo estas premisas, si nos ponemos a valorar cuánto valen ciertos activos en oro, podemos sacar ciertas conclusiones. En este caso vemos un gráfico que ha escogido un índice de referencia como es el Dow Jones

 El gráfico nos muestra el precio que nos costaría comprar el índice Dow Jones en onzas de oro. Desde los máximos alcanzados en 2.009 cerca de las 50 onzas, hemos pasado marcar mínimos sobre Diciembre de 2.012 en niveles cercanos a las 7 onzas. Una caída en 13 años de más del 80% en su valor del Dow respecto al oro.

Si ponemos los datos en su contexto, el Dow Jones sufre una caída importantísima desde la crisis del 2008, cosa que hace aumentar la potencia del movimiento ya iniciado. La cotización del oro respecto al Dow alcanza máximos en el segundo semestre de 2.012 y retrocede desde entonces. El hecho destacable en esta ocasión es que parece que intenta romper el canal bajista por el que evoluciona el precio, cosa que podría acentuar el movimiento bajista actual en el oro, por lo que deberemos estar antentos siempre pensando que un movimiento de este tipo puede deberse tanto a una bajada del oro como una subida de la contraparte, el Dow Jones.

Podemos estar viendo la antesala de una corrección más severa en la cotización del oro? Esa es una de las grandes preguntas y la respuesta afirmativa tiene tantos detractores como partidarios. Es algo bastante evidente que la demanda actual de oro está impulsada desde dos fuentes distintas:

  • Demanda convencional: llevada a cabo para los usos habituales de este metal (industrial, ornamental, alta tecnología...)
  • Demanda financiera: Generada por la potente escalada en el precio de este metal, lo que ha propiciado que se convierta en un objetivo de inversión prioritario para muchas carteras alimentado este hecho por los continuos análisis y avisos que indican que el precio está muy lejos de su techo

 

La demanda financiera del oro es la que está impulsando en su mayor parte esta escalada según algunos analistas y su desaparición repentina puede desencadenar una fuerte caída del precio. Jaume Puig, de GVC Gaesco ya analizó este hecho en su última conferencia de Perspectivas para el 2.013. Parte de esta demanda está provocada por activos que invierten en oro físico, causantes de la compra directa del metal. Luego tenemos otra parte de esta inversión financiera realizada en activos sintéticos, es decir, cuyo subyacente no es el oro, sino otros productos financieros vinculados a él (futuros, acciones de compañías mineras...).

Indiscutiblemente, este es un momento que puede marcar un punto de inflexión en la cotización del oro en la primera parte de este 2.013 al menos, dependiendo de si confirmamos esa ruptura en el gráfico. Habrá que seguir al activo de cerca.


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