Toda esta situación con este aumento de la demanda ha provocado que se produzcan importantes oportunidades de negocio y se ha encontrado la manera de aprovechar esta oportunidad y de "regular" el mercado disminuyendo ese riesgo "inflacionario" en los activos.
Está claro que ante una situación de aumento de demanda, para aprovechar esta oportunidad y además regular el mercado sólo puedes hacer una cosa: aumentar la oferta. Y ha eso se han dedicado los últimos años los operadores financieros: han desarrollado productos destinados a satisfacer esa necesidad del mercado, pero el fondo de la cuestión está en que no han sido vinculados a activos físicos, dada la no disponibilidad de estos últimos o que disponer de ellos supone un coste sensiblemente superior. Es lo que ha venido en llamarse activos sintéticos. Este tipo de activos ha inundado el mercado, sobretodo con productos de bajo coste en intermediación y mantenimiento.
Estructura de productos sintéticos
Ya hemos visto que el producto sintético no cuenta con que el vendedor posea el activo negociado. Éste no acude al mercado para estar en posesión del bien para ofrecerlo en una operación de venta, pues el objetivo de estas transacciones no es obtener el bien en cuestión, sino especular con las oscilaciones del precio. Por eso, este hecho no es necesaria la existencia del bien en la operación entre comprador y vendedor.
Esto permite que la operación pueda ser desvinculada de un mercado organizado, un mercado físico donde haya que llevar o depositar el bien y facilita la aparición de productos que se han denominado OTC (Over the Counter). Si bien este último punto no tiene porque ser así, en muchos casos sucede porque además, esto supone un ahorro de costes de intermediación, ya que el mercado organizado cobra la correspondiente comisión por la operativa.
El floreciente mercado de los OTC
Este contexto ha dado lugar a un importante mercado para los productos OTC que son capaces de ofrecer posibilidades de inversión en productos financieros que antes sólo estaban al alcance de grandes patrimonios, ayudados por el abaratamiento de los costes de transacción debido a las nuevas plataformas tecnológicas.
Pero como todo, en todo esto existe también su lado oscuro. Y es que en una transacción vinculada a un subyacente físico, está claro que ésta se produce en función del valor del activo físico que se transacciona, pero con un producto de estas características, creado de forma sintética como hemos comentado, el activo no existe y sólo se especula con la oscilación del precio, osea que el comprador no está comprando nada, no adquiere ningún bien, sino que sólo se posiciona en un lado del precio. Esto provoca una situación radicalmente distinta si lo comparamos con productos tradicionales y vinculados a activos tangibles, y es que debe haber una confianza absoluta del vendedor con el comprador y viceversa, porque la contrapartida es la única garantía en esta operación.
La importancia creciente del riesgo de contrapartida
La parte contraria de esta operación es la que está dando respaldo al riesgo que tú asumes desde la otra posición. Si compras, cuentas con que el vendedor sea solvente y cumpla su parte, y viceversa si vendes. Esto se mitiga si existe un mercado organizado o cámara de compensación, que es el organismo que garantiza y se encarga de velar por que cada componente de la operación cumpla con la parte estipulada en la misma, que al final es un contrato de compraventa. Naturalmente en este caso, esta tarea se realiza a cambio de un corretaje o comisión que viene a encarecer todo el proceso. Es el precio que pagamos por tener más seguridad.
En caso contrario, el de los productos OTC, dependemos absolutamente que la otra parte cumpla con lo estipulado, entrando de lleno en lo que llamamos Riesgo de Emisor en algunos casos o de Contrapartida. El broker que nos ofrece los CFD's es el garante de que nuestra transacción se va a realizar y es el responsable final de que nosotros cobremos nuestros beneficios en caso de que se produzcan, que saldrán de su bolsillo en el caso de que sea el emisor del producto.
Todo esto conlleva que naturalmente el broker ejerza dos roles diferentes, el de emisor e intermediario, roles que en alguna ocasión pueden entrar en conflicto y pueden hacer que el hecho de que su cliente pierda dinero en el mercado le beneficie directamente. Es lo que llamamos Creadores de Mercado, un término muy utilizado también por los traders.
El precio de un mercado maduro y accesible: Estamos dispuestos a asumirlo?
Hemos intentado realizar una foto de la situación de los mercados financieros actualmente. Todos los que llevamos tiempo en esto somos conocedores de la estructura del mercado de esta manera, lo que quizás es menos probable que hayamos logrado enlazar todos y cada uno de los conceptos. Es evidente que por naturaleza humana, tendemos a detectar y a potenciar las partes negativas y es evidente que existe un peligro creciente en los mercados financieros en parte derivado de estas prácticas.
También es cierto que una operativa con estos productos con garantías exige una mayor prudencia y una operativa más estricta derivada seguramente de una mayor educación y formación financiera, pero no olvidemos que éste es el precio que debemos pagar para que podamos disponer de un amplio catálogo de posibilidades a la hora de invertir y que éstas no exijan un gran desembolso por nuestra parte. Seguramente la regulación y la estructura de estos productos es manifiestamente mejorable y con esto lograría evitarse en mayor parte el alto porcentaje de pérdidas que estos infligen en cuentas de muchos inversores, pero debemos tener claro que su desaparición provocaría que la disponibilidad de activos en el mercado se viera radicalmente reducida de una forma importante, con los problemas de liquidez que ello podría conllevar.
Creo que estas son unas reflexiones que deben realizarse a la hora de abordar este tema, y hacerlo de una forma abierta y valorando ventajas e inconvenientes es la manera de lograr mercados más seguros y eficientes para todos.