¿Cómo funcionan los productos garantizados?

De nuevo el mercado doméstico de productos financieros vive un aluvión de los denominados productos garantizados. En un escentario como el actual de caída de los tipos de interés tan violenta, no existen muchas opciones ni alternativas para un determinado perfil de inversor y esop es aprovechadp por ciertas entidades para  seguir comercializando el mismo tipo de productos desde hace años. Pero realmente es conocida la estructura de un producto como éste cuando lo contratamos?. Hoy vamos a intentar de dar unas indicaciones básicas sobre la estructura de un producto garantizado, y hasta que punto ea garantía es real y cubre el patrimonio invertido.

 


Hemos vivido y estamos viviendo un periodo de fuerte inestabilidad en los mercados financieros. Sin duda, la fuerte crisis vivida por el sector y todas las entidades a raíz de los hechos que desencadenan la caída de Lehman & Brothers en 2008, está prolongando sus efectos más de lo esperado y eso ha provocado que los bancos centrales estén prorrogando unas medidas que más allá de su efectividad que puede ser discutible en el largo plazo, si que tiene unos efectos en el corto plazo a la hora de tomar decisiones de inversión.

En un escenario como el que tenemos ahora de tipos muy bajos, rozando el 0% y con la mayoría de activos de deuda soberana con rentabilidades negativas, la precaución e incluso el pánico inversor serán conceptos con los que los gestores ya tienen que lidiar desde hace tiempo. Y en este momento surge un gran dilema:

  • Los ahorros que se generan y que se destinan a la inversión no encuentran productos que generen un retorno adecuado y que puedan ser de confianza
  • El capital de los productos de medio-largo plazo que están venciendo no encuentra acomodo ni destinación en un mercado que actualmente está ofreciendo rentabilidades sensiblemente menores.

 

Estos dos hechos deberían estar provocando un cambio radical en el portfolio de las entidades buscando una reacción. Desgraciadamente esto se ha visto acentuado en nuestro país con el aliciente de la poca cultura financiera que existe en general. Esto ha llevado a las entidades a llamar a los instintos más bajos de los inversores y han apelado directamente al miedo para seguir manteniendo el mismo esquema de negocio esperando una rentabilidad parecida a épocas pasadas, como si nada hubiera sucedido.

El garantizado ha sido el producto por excelencia presente en los portfolios de las principales gestoras españolas, todas pertenecientes al sector bancario

El PARAGUAS DE LA GARANTIA

Dentro de este contexto, se han buscado soluciones para seguir manteniendo el statu quo, sin reconocer el mínimo error en las prácticas anteriores. Por tanto hemos visto como se perpetuaba un modelo de portfolio de comercialización de productos único en nuestro entorno. Un modelo que no premia la llamada alfa del gestor ni de la entidad para la que trabaja, sino el proceso de comercialización del producto. No vamos aquí ha hablar de estadísticas de comercialización de los productos, ya que no es motivo de este artículo y es información que puede obtenerse con relativa facilidad, pero cualquier persona vinculada al sector sabe perfectamente que los productos de inversión garantizados y algunos derivados como los productos de rentas siguen siendo los mayoritarios dentro del panorama de la oferta que el inversor recibe de forma mayoritaria, siempre apalancada en una enorme y potente red comercial que ahoga cualquier alternativa a la oferta presentada por las entidades bancarias, absolutas dominadoras del sector.

Estos productos garantizados, tienen al parecer como única misión hacer que el cliente pueda dormir tranquilo con la confianza y la seguridad de que su patrimonio no sufrirá pérdida alguna, como si esto fuera posible tanto en el contexto actual, como otro cualquiera. Si hay una ley universal en lo que a inversiones se refiere es que:

El Riesgo 0 NO EXISTE

Y creedme que es así, por muchas "garantías" que se pongan sobre la mesa... 

ANATOMIA DE UN PRODUCTO GARANTIZADO

De forma tradicional, estos productos garantizados siempre tienen un exponente mayoritario en su cartera que manifiesta claramente a multitud de ojos su carácter de "carente de riesgo". Normalmente ese producto estaba personificado en una inversión en Renta Fija soberana, los populares Bonos del Estado ("los que nunca pierden"). Estos bonos, encuadrados en los que popularmente se conoce como Renta Fija, tienen la característica de no "perder dinero". Esa ha sido siempre la creencia popular, alimentada por multitud de estas entidades que han utilizado esta característica tan conocida para potenciar el carácter e imagen de seguridad de multitud de sus productos. Esta acostumbra a ser la parte principal de la cartera de un producto garantizado de forma tradicional, llegando a superar el 90% de la inversión en multitud de ocasiones.

Siempre existe un pero...

Pero... si hemos dicho que la seguridad absoluta es una falacia... cómo es posible si el bono es un producto que no tiene riesgo?. Pues la respuesta es que no siempre es así. Sin querer profundizar en exceso porque nos extenderíamos demasiado en este post, si que podemos decir es que un bono se caracteriza principalmente por dos cosas:

  • La duración de la inversión. Tiene una fecha de vencimiento en la que se retorna el capital de forma íntegra, sin atender a precios ni valoraciones.
  • El importe del cupón. El interés que el tenedor de bono recibe de forma periódica a cambio de prestar su dinero al emisor

 

Como podemos ver, estos conceptos están claramente determinados y delimitados para un caso concreto: el momento del vencimiento. LLegados a ese punto, el tenedor del bono sigue asumiendo un riesgo implícito en el producto, el riesgo de emisor, pero está evitando el riesgo de mercado y sus fluctuaciones. Otra historia es que nosotros nos queramos desprender del bono con anterioridad a ese vencimiento, ya que entonces deberemos acudir a un mercado secundario ( una "bolsa" de bonos) y por tanto aceptar allí el precio de cruce de las operaciones para desprendernos de nuestro activo de Renta Fija, y veremos si la operación arroja beneficios o pérdidas.

Como podemos ver, existe un escenario perfecto, que es el de esperar al vencimiento del producto, aunque eso nos limita el horizonte de inversión que podemos aplicar a un fondo teniendo que vincularlo al de los bonos presentes, si queremos tener esa garantía... Durante ese periodo y antes de llegar a ese vencimiento, el producto de Renta Fija no nos da ninguna garantía de que no vamos a ver mermado nuestro capital, y eso es un problema, si por ejemplo por criterios de rentabilidad queremos incorporar a nuestra cartera bonos a 30 años ya que no podríamos dar garantías totales al cliente hasta consumir ese plazo.

La carta oculta

Ahora entramos en la segunda parte y en el auténtico núcleo de este tipo de productos. Esto que os vamos a contar ahora va a definir de forma clara la potencialidad de beneficio y el auténtico riesgo del producto. Los más observadores os habréis percatado de que cuando hemos abordado la anatomía de estos productos os hemos hablado que en más de un 90% su cartera estaba compuesta por este tipo de Renta Fija mayoritariamente. Pero entonces, falta un pequeño porcentaje... y en qué se invierte ese porcentaje? La respuesta es clara y sencilla: en un producto derivado. Un producto derivado que hace la funciones de cobertura y que es el que proporciona la seguridad y estabilidad en ese precio de venta. 

Por tanto, utilizando un derivado a 2, 3 o 4 años con un precio de venta cerrado de un subyacente determinado, si que podemos garantizar la devolución del capital a los inversores al vencimiento de ese derivado, independientemente de que el resto de la cartera lo formen bonos a 10, 20 o 30 años. No olvidemos que estos derivados son productos "apalancados" y por tanto podemos ganar más de lo que invertimos y cubrir así las posibles pérdidas derivadas de la venta de los bonos antes de vencimiento. Aunque podéis ver que seguimos vinculando nuestra garantía a una fecha, la de vencimiento del derivado y por tanto, cualquier venta o reintegro fuera de esa fecha está asumiendo un riesgo de pérdida dado que la garantía no puede actuar. Es por ese motivo que este tipo de productos, sólo permiten reintegros en determinadas fechas o periodos y en caso contrario se aplica una importante penalización, lo que es conocido popularmente como Ventana de Liquidez

LA SEGURIDAD Y EL RIESGO DE UN GARANTIZADO.

Por tanto, ya hemos visto el mecanismo mediante el cual una entidad nos ofrece un producto "garantizado", en el cual no podemos perder si seguimos una serie de pautas y condiciones que vinculan la recuperación de capital a las fechas de vencimiento de las distintas herramientas y productos capaces de actuar como garantía. Pero la realidad es que cuando nos dicen que esto son productos de "Bajo Riesgo", y así los califican, lo hacen basándose en algo que a nuestro parecer, puede desvirtuar la correcta interpretación y composición del producto.

  • Si bien una parte muy mayoritaria de la cartera está invertida en activos de bajo riesgo y Renta Fija, hay una parte mínima invertida en un producto complejo y de alto riesgo como es un producto derivado que conlleva unos riesgos implícitos que no pueden ignorarse. En muchos casos estos productos son del tipo OTC (Over the Counter), y por tanto no sometidos a ningún control por parte de cámara de compensación alguna. En las condiciones del producto que vamos a adquirir debería figurar explícitamente quién se hace responsable en caso de que este producto produzca pérdidas en el fondo. No olvidemos que es un producto apalancado, y por tanto su potencial de pérdida es mucho mayor que el capital que se invierte ( ese 5% o 10% del total). Lamentablemente en muchos pliegos de condiciones, la entidad que nos vende el garantizado se desvincula de lo que pueda suceder con el emisor de este derivado, por ejemplo.
  • Si el riesgo máximo del producto viene generado por el derivado, porqué la CNMV acepta como riesgo del producto el producido por la parte "mayoritaria" de la cartera catalogándolo de bajo riesgo? (al menos es lo que yo he visto en diversos fondos). Creo que lo propio sería informar debidamente de esta situación a los suscriptores de estos productos

En el escenario posterior a la crisis de 2008 que se ha producido en el sector financiero a nivel mundial se ha producido una contracción de la economía y las políticas monetarias que han provocado una situación nunca vista anteriormente. Dentro de este contexto hemos aprendido a convivir con situaciones de bajos tipos de interés incluso en el 0% primero en USA, Japón y UK para pasar estas políticas a estar activas en la zona Euro.

Estas medidas aplicadas por los bancos centrales se han utilizado para dinamizar las maltrechas economías después del fuerte varapalo que ha supuesto la crisis en el sector financiero. Todo se ha derrumbado como un gigantesco castillo de naipes y han quedado al descubierto importantes deficiencias en las entidades del sector, que en varios casos tendrían que haber comportado su desaparición y correspondiente liquidación. Todas las medidas han ido encaminadas a estimular las diversas economías inundando los sistemas financieros de liquidez.

Si bien es una medida que ha podido tener su efecto como sistema de emergencia para hacer frente a una situación crítica, parece evidente que su efecto se diluye en el tiempo rápidamente y es inversamente proporcional a la permanencia de estas medidas en vigor. Esto ha provocado un impacto en la política de tipos que ha impactado en los márgenes del sector financiero de una forma ostensible y que ha provocado una concentración del negocio en las comisiones aplicadas al cliente casi por cualquier cosa que realizemos

ALTAS COMISIONES Y GASTOS, DENOMINADOR COMÚN.

Estos productos además llevan aparejados un cuadro de altas comisiones que van más allá en muchas ocasiones del simple reintegro fuera de la ventana de liquidación. De forma análoga, acostumbran a tener una alta comisión de compra, fuera de las campañas de venta autorizadas por el fondo y de forma menos visible, unas fuertes comisiones de depositaria y gastos que impactan directamente en el valor liquidativo del fondo, quedando estas ocultas a los ojos del cliente. Por tanto, estamos ante unos productos que ofrecen unas garantías determinadas, marcadas por unas casuísticas y situaciones muy concretas y salirse de este marco es igual a pagar un alto precio, con unos altos e injustificados cuadros de comisiones de todo tipo con lo que podemos concluir que aquí lo único garantizado es que siempre hay un ganador: la entidad que lo comercializa. Estas altas comisiones estrechan el margen para que el producto sea algo realmente rentable para el cliente.

Esperamos que este comentario sirva para completar un poco más la visión que se tiene de estos productos y para tener todas estas consideraciones en cuenta a la hora de contrarlos


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